El esquema de la producción justo a tiempo puede resumirse como "lograr que los bienes requeridos para la producción lleguen en las cantidades apropiadas y en el momento en que hagan falta". Se trata de una técnica de producción que: al contrario del enfoque tradicional basado en la producción masiva y en su venta posterior, siempre bajo el supuesto de que "lo que se produce se vende", busca racionalizar los procesos y eliminar desperdicios. El objetivo básico de la producción justo a tiempo consiste en uniformizar los flujos de insumos y productos. La clave está en la palabra justo, pues sólo logrando que la producción ocurra justo en el momento preciso se pueden eliminar requerimientos de almacenes, personal que los atienda, etc. La producción justo a tiempo es motivada por la satisfacción de las necesidades del cliente, normalmente expresadas a través de los pedidos. Tiene grandes implicaciones para el trabajo dentro de la planta, pues cada trabajador debe funcionar bajo un esquema completamente distinto al de la línea de producción. La producción justo a tiempo exige un transporte diferente, capaz de garantizar una calidad de servicio que asegure el permanente abasto según las exigencias del proceso productivo. El transporte que alimenta la producción justo a tiempo debe funcionar sin retrasos, con una confiabilidad absoluta y una calidad de servicio irreprochable. Para proveer un transporte con esas características, las cadenas logísticas de cada uno de los insumos de la producción deben estudiarse y armarse a la perfección, con objeto de diseñar un servicio plenamente integrado a las características de cada insumo y a los requerimientos de la producción. Se trata, así, de un transporte a la medida que puede ser muy distinto -en frecuencia, tamaño de embarque, costos, tiempo de traslado, origen, etc.- para un insumo y para otros. Para competir a nivel global, producir con la más alta calidad y el menor costo posible es un prerrequisito indispensable. Junto con factores de tipo coyuntural, como los altos costos financieros derivados de las elevadas tasas de interés, lo anterior consolidará y difundirá la producción justo a tiempo; por tanto, el transporte habrá de adaptarse y cambiar, para cumplir con los requerimientos de calidad de servicio. Las exigencias de la producción justo a tiempo ya han generado diversas respuestas por parte de los prestadores de servicios de transporte. A nivel mundial, algunas de las más evidentes son:
En México, no se puede hablar todavía de una modernización generalizada del transporte a lo largo de las líneas que se han comentado, a pesar de que hay ejemplos exitosos, en funcionamiento hoy en día, de cadenas de transporte plenamente integradas a esquemas de producción justo a tiempo, entre los que destacan las asociadas con la industria automotriz. Sin embargo, dadas las presiones que enfrenta el aparato productivo nacional para alcanzar una mayor competitividad internacional y dado un marco más libre para el desarrollo de la actividad del transporte, es de esperar que en el futuro aumente la prestación de servicios de transporte modernos y especializados que se ajuste a las exigencias de los sistemas de producción justo a tiempo.
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